El Municipio de Hurlingham realizó a principio de mes una nueva inspección en la fábrica Rousselot, acompañado por la Defensoría del Pueblo y los vecinos, para corroborar que la empresa esté cumpliendo con el plan de obras acordado, y verificar los avances.
Durante la inspección, se constató el cumplimiento de la primera etapa del plan, que incluía la adecuación del sistema de desgrase mediante rejillas y canaletas, y el cerramiento total del edificio de prensa y depósito de los barros. Para junio de este año, tiene que estar finalizada la segunda etapa.
Este proceso fue supervisado con inspecciones periódicas en conjunto con los departamentos de Industria y de Inspección Ambiental. En forma paralela, el intendente Juan Zabaleta formalizó una denuncia en un juzgado federal por daño ambiental.
Desde nuestra gestión estamos comprometidos a mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos, que desde hace 70 años vienen sufriendo los olores de la fábrica, sin ser escuchados por ninguno de los gobiernos anteriores.
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